Los Picapiedra

SINOPSIS

La edificación de una vivienda requiere una media de 300 toneladas de recursos pétreos; para construir un edificio de 30 pisos se pueden llegar a necesitar 6.000 toneladas. Pero se calcula que entre el 10% y el 15% de los materiales de construcción se desperdician durante el proceso constructivo.

Para no desperdiciar materias primas, en España, a partir del 1 de enero de 2024 será obligatorio separar los residuos de construcción en la misma obra. Y, para evitar que contaminen, actualmente ya es obligado transportarlos hasta plantas de gestión donde los procesan para convertirlos en residuos inertes, que pueden utilizarse para el relleno de canteras, o reciclarlos para obtener áridos artificiales con los que volver a construir.

Pero sólo una cuarta parte de estos residuos van a parar a gestores autorizados; todavía hay muchos ilegales. Muchos constructores son reacios a pagar los cánones de gestión a empresas recicladoras que obtendrán un beneficio de sus escombros. Un comportamiento que Benito García, portavoz del Grupo de Interés de Áridos Reciclados de RCD (por residuos de construcción y demolición), denuncia porque cree que “el desperdicio de materias primas, incluyendo las materias primas secundaris, es un lujo que no nos podemos permitir, estamos viviendo a crédito en el consume de materias primas”.