El yeso y sus derivados: un problema en los residuos de construcción y demolición
Los residuos de la construcción y demolición llevan asociados, además del hormigón, aglomerado asfáltico y materiales cerámicos, gran cantidad de elementos no pétreos (como es el caso de los plásticos), maderas, metales, envases, etc…
Es conocido el reciclaje, en un número indefinido de ocasiones, de los citados materiales pétreos para la producción de nuevos productos de construcción y demolición en forma de capas de firme, rellenos, gravas, arenas, etc…
La demolición selectiva, es decir, la separación previa a la demolición o reforma, de los marcos de puertas, muebles, desechos, envases, así como su acopio independiente, permite el reciclaje de todos los residuos de forma eficiente.
La madera dará lugar a nuevas materias primas para la elaboración de nuevos tableros de madera, o bien, será utilizada como biomasa. Los plásticos podrán ser fundidos, en un número limitado de ocasiones, para la producción de nuevos plásticos. Los metales serán gestionados e incluidos en la fabricación de nuevos productos de la misma naturaleza, de forma ilimitada y ciertos elementos, tales como rejas, ventanas, puertas, muebles o tejas, entre otros, podrán ser reutilizados.
Ahora bien, no se concibe en el año 2020, que se sigan utilizando productos que no tienen reciclaje posible de forma habitual en la construcción, y que son transportados a vertedero para su eliminación de forma continuada.
El reciclaje del yeso y la escayola
Es el caso del yeso y la escayola, elementos muy usados en España para el enfoscado de paredes, falsos techos, molduras, muebles o tabiques en forma de placas laminadas, se pueden reciclar únicamente aquellos sobrantes de almacén de materiales, o los elementos defectuosos no empleados en obra, pues ciertos fabricantes los valorizan siempre que se pueda demostrar que es de su propia marca. Esto es, que lleven el código de barras incluido en la práctica. En el resto de casos, la gran mayoría, este residuo acaba en vertederos de residuos no peligrosos. Se trata de un producto que no es inerte, es decir, reacciona disolviéndose en el agua, por lo que puede contaminar las aguas superficiales o subterráneas, por lo que debe ser tratado en vertederos específicos. Al disolverse produce sulfatos solubles en niveles elevados.
Los restos de yeso que entran en las plantas de reciclaje estropea los áridos reciclados obtenidos de la valorización de residuos de la construcción y demolición, al disolverse y poder generar huecos en la capa de firme, colapsando en ocasiones. Una pequeña cantidad puede contaminar una partida entera, provocando que deba ser depositada en vertedero para su eliminación, en lugar de su comercialización como nuevo material de construcción.
En este punto es inevitable recordar la figura de los sistemas de responsabilidad ampliada del productor, SRAP, antiguos sistemas integrados de gestión (SIG). Es decir, cada fabricante se hace cargo de los costes de gestión de los residuos de los productos que pone en el mercado, hecho no considerado en el sector del residuo de construcción y demolición. El hormigón, cemento, ladrillo, material cerámico y árido natural son productos cuyos residuos son altamente valorizables y con unos costes razonables. Ahora bien, el yeso y sus derivados, además de poseer un coste de gestión muy elevado (para eliminación, no reciclaje), contaminan el residuo al que van asociados (habitualmente ladrillos, mortero y hormigón), al ser muy difícil (inviable habitualmente) su separación, incluso de forma previa a la demolición o reforma. Únicamente se podría separar de forma adecuada cuando son placas de yeso laminado y techos de escayola, aunque se mezclan con el resto de residuos por su alto coste de gestión, al que debemos añadir además, el asociado al transporte, pues los centros de recepción se encuentran, en muchas ocasiones, sumamente alejados de los puntos de producción.
Cuáles son las alternativas
Existen numerosas opciones para realizar los enfoscados en las paredes, con productos basados en morteros o perlita; los muebles empotrados con materiales cerámicos, así como los tabiques. Evidentemente el ladrillo es un material usado desde hace cientos de años, miles, que cuenta con unas propiedades inmejorables. ¿Cuál es su problema entonces? Que cuenta con unos costes de ejecución, en paredes, superiores a las placas de yeso laminado, igual que en el caso de los muebles empotrados. En los enfoscados, ciertamente, es de fácil aplicación y existe una gran tradición por su cercanía y menor coste.
Desde las asociaciones de empresas de gestión de residuos de la construcción y demolición venimos demandando desde hace años que se regule el uso en la construcción de los productos procedentes del yeso, derivando al fabricante los elevados costes de gestión que posee pues, al final, éstos son asumidos por las plantas de reciclaje, impidiendo la valorización de los residuos pétreos, en un porcentaje muy elevado, para la producción de áridos reciclados.
Pablo Pérez
Director Técnico